Portugalete. Desde que en 1930 se tuvo noticia del primer concurso organizado en Bilbao y en 1932 se oficializara el término ochote con la exhibición programada en Portugalete, el canto «a capella» no ha dejado de crecer como manifestación coral popular tanto en Euskadi como en otras zonas del Estado. Además el actual certamen jarrillero ha removido el interés por otras modalidades similares preexistentes en otras latitudes como Rusia o Croacia, cuyo representante actuó ayer en la basílica de Santa María.
El X Festival Internacional de Ochotes de Portugalete es buen ejemplo de esta diversidad con la presencia de coros como la Klapa croata Luka, creada a mayor gloria del reconocimiento público del canto «que practicaban las mujeres al tiempo que desarrollaban sus labores en espacios comunitarios como el campo o las lavanderías y que no contaban con la posibilidad de ser expuestas en público como si hacían los hombres», destacaba la portavoz del grupo Jelena Tihomirovic.
La Klapa (compañía de amigos) tiene la particularidad de que la primera voz, en este caso la soprano, es la única que no está duplicada y además carece de la figura del director, lo cual no dificulta el empaste de sus potentes voces comunicadoras del folklore tradicional «así como de adaptaciones de melodías modernas del pop. Toda temática es buena para convertirla en una pieza de Klapa», apunta Tihomirovic.
No fue sin embargo esta participación la única sorpresa en el arranque de esta nueva edición. Así la apertura del certamen correspondió al ochote Tutto Voce de Segovia, una formación surgida en 1998, que se mostró encantada con su participación en el festival, «para nosotros es una gran orgullo actuar en la cuna de los ochotes, máxime en el décimo aniversario del festival lo que sin duda vendrá bien a nuestro curriculum», señalaba el portavoz Luis Alfredo Moreno.
El grupo, que inicialmente se llamaba Sotto Voce -nombre que fue registrado por una agrupación guipuzcoana- está formado por vocalistas que proceden de corales clásicas de la ciudad castellana» donde no se apoya como aquí la música». «Lo bueno del ochote es que nosotros elegimos nuestro repertorio en el que cabe desde la música popular o la poesía musicada hasta tangos o boleros o habaneras», apunta.